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Pablo envía nuevamente una carta a su colaborador Timoteo para que se esfuerce y no se avergüence, además le recuerda que las Escrituras lo pueden ayudar a ser útil y prepararse para toda buena obra.
Nombre del Libro[]
En los manuscritos griegos más antiguos, el título de este libro sencillamente es Pros Timotheon B ("A Timoteo 11"). Una evolución posterior ha dado al título la forma que tiene ahora en la RVR.[2]
Autor[]
Como lo indican las primeras líneas de 2 Timoteo, esta epístola fue escrita por el apóstol Pablo, que entonces estaba encarcelado en Roma por segunda vez. En cuanto a los problemas referentes a la paternidad literaria de la epístola, ver la Introducción de 1 Timoteo; y en cuanto al tiempo y las circunstancias en que se escribió, ver t. VI, p. 1 10.[2]
Marco Histórico[]
Esta es la última epístola que Pablo escribió desde la prisión, cuando esperaba que moriría pronto (cap. 4:6). Al comparar esta carta, así como las otras epístolas pastorales, con el relato de los Hechos se llega a la conclusión de que después de un período de actividad misionera posterior a su primer encarcelamiento en Roma, Pablo fue otra vez encarcelado y enviado a Roma (ver Introducción a 1 Timoteo). Se sabe que después del gran incendio de Roma del 64 d. C., Nerón persiguió a muerte a los cristianos para disipar las acusaciones populares de que él había hecho incendiar la ciudad (ver t. VI, pp. 85-86). Es razonable pensar que Pablo tal vez fue encarcelado unos dos años después como resultado de esta persecución. Pedro también fue detenido en ese tiempo y quizá estuvo en Roma por lo menos durante una parte del tiempo cuando Pablo estaba encarcelado (ver HAp 428-429). En la ilustración frente a la p. 352 hay una fotografía de la mazmorra Mamertina, en la cual se piensa que Pablo estuvo encarcelado la segunda vez.[2]
Cuando Pablo escribió 2 Timoteo, ya había sido juzgado (cap. 4:17), pero indudablemente aún no había sido condenado a muerte, aunque pensaba que ese sería el resultado. Estaba solo, pues únicamente lo acompañaba Lucas, "el médico amado" (Col. 4:14; 2 Tim. 4:l l). Al escribirle a Timoteo le pidió que fuera a verlo "antes del invierno" (cap. 4:2 l), y que le trajera su capote y sus libros (cap. 4:13). No se sabe si a Timoteo, en respuesta al urgente pedido de Pablo, le fue posible ir a Roma antes de que muriera el apóstol.[2]
En cuanto a Timoteo poco se sabe de su vida, excepto su relación directa con Pablo. Según Heb. 13:23, Timoteo fue puesto "en libertad", pero no se sabe cuándo ni dónde estuvo preso. De acuerdo con la tradición, Timoteo murió martirizado en el tiempo del emperador Domiciano (81- 96 d. C.) o de Trajano (98-117 d. C.).[2]
Tema[]
Esta epístola ha sido llamada "el testamento del gran apóstol de los gentiles". Pablo escribió personalmente esta carta a Timoteo, su hijo espiritual, y en términos generales a la iglesia. Como sabía que su fin estaba cerca, sintió la necesidad de fortalecer la fe de su joven colaborador mediante su propio ejemplo. Advirtió a Timoteo y a todos los otros creyentes cristianos contra las herejías que entrarían en la iglesia después de su muerte, para que todos se aferraran con firmeza de la Palabra inspirada y permanecieran fieles hasta su segundo advenimiento.[2]
Estructura[]
La estructura del libro de 2 Timoteo es la siguiente[2]:
Introducción, l: 1-5.[]
- Saludo, l: 1-2.
- Gratos recuerdos de Pablo en cuanto a la amistad de Timoteo, 1:3-5.
Timoteo es exhortado a ser un fiel sucesor de Pablo, 1:6-18.[]
- Empleo pleno de las facultades recibidas por la imposición de las manos, 1:6-7.
- No debía avergonzarse del Evangelio, 1:8-18.
Pablo describe al ministro ideal, 2:1-6.[]
- El ministro es un fiel maestro, 2:1-2.
- El ministro es un buen soldado, 2:3-4.
- El ministro es un atleta victorioso, 2:5.
- El ministro es un diligente labrador, 2:6.
Contenido y método en la comunicación de la verdad, 2:7-26.[]
- El mensaje, 2:7-13.
- No se debe perder tiempo en especulaciones, 2:14-18.
- Se debe depender solamente del apoyo y la aprobación de Dios, 2:19.
- Reflejo de la nobleza y pureza de los principios cristianos, 2:20-22.
- Enseñanza de la verdad con amor y mansedumbre, 2:23-26.
Una advertencia sobre los tiempos peligrosos futuros, 3:1-17.[]
- Rasgos distintivos de los inconversos, 3:1-5.
- El peligro de maestros pervertidos, 3:6-9.
- El ejemplo de Pablo como ministro, 3:10-12.
- Las Escrituras, una norma de doctrina, 3:13-17.
Admonición final de Pablo, 4:1-22.[]
- El ministro como heraldo de Dios, 4:1-6.
- Recompensa de los fieles heraldos, 4:7-8.
- Pedidos y saludos finales de Pablo, 4:9-22.